viernes, 15 de octubre de 2010

EL TUERTO

Confirmar que te fuiste
y que no volverás,
fue así como un golpe,
de tipo letal.

Saber que te fuiste
y que no volverás,
fue cruel la tortura,
azul como el mar.

Llorar que te fuiste
y no volverás,
me deja una duda
de talla mundial.

¿A dónde y por dónde
pudiste escapar?
quizá falleciste,
u otro quizá.

Mas tengo algo cierto,
aquí tú no estás,
en donde... sospecho...
te he de buscar.

Ya tengo el boleto,
y donde acampar,
el cielo es mi techo,
me abriga la mar.

Sospecho que huiste
por no regresar,
te aviso que he huido
sin dar marcha atrás.

Estoy hoy volando,
cruzando hoy el mar,
estoy hoy soñando,
que hoy puedo soñar.

Que al fin te he encontrado,
a la orilla del puerto,
murando a la nada,
sonriéndole a un tuerto.

Y el tuerto responde,
te dice que tal,
sonriendo respondes,
pregunta algo más.

Conoce a una chica,
que huyó desde allá,
señala el ocaso
lo que hay tras la mar.

Lloraste una gota,
fue pena quizá,
creo conocerla,
dijiste al mirar.

Que el tuerto reía
queriendo llorar,
a ti te buscaba,
perfume de azahar.

Salí a buscarte
tras yo confirmar
que habías huido
cruzando la mar.

Salí a encontrarte,
mirarte, quizá,
pero hoy sólo un ojo,
se puede encantar.

Al ver tu sonrisa
que nunca olvidé,
de nuevo lloraste
y huiste otra vez.

Ahora estoy viejo
y no quiero andar,
si no he de mirarte,
llegué al final.

Alonso Quijano
Lima - 15/10/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario