UNA LÁGRIMA
Una lágrima socava esta hoja,
con la fuerza de una lluvia la socava;
diluyendo todo lo que estaba escrito,
dirijido enteramente a quién yo amaba.
Una lágrima se escapa de mi copa,
en la mesa de mi rostro se derrama,
culminando su trayecto en esa hoja,
donde un verso y mi amor le dedicaba.
A quien fue sin que jamás ella haya sido,
a quien nunca quise ver que no me amaba,
a quien quise sin haberla conocido,
y burlóse al ver que yo me desangraba.
Una lágrima de hielo se evapora,
esta noche, pues mi rostro en fuego arde,
¿Sabe alguien porque todos se enamoran?
no lo creo porque todos siempre lo hacen.
Aún sabiendo que saldrán de ahí dolidos,
a sentir dolor no sé porque se arriesgan;
ya olvidé porque de amar todos vivimos,
si es que tarde o temprano habrá tristeza.
Alonso Quijano
Lima
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