Aún no puedo olvidar que me olvidaste,
aún no puedo creer que pasó.
Lloro al ver que jamás tú me amaste,
y que siempre tuvieron razón
al decir que eras tú mala gente,
al decir que no amabas mi amor,
al decir : ella no ha de quererte,
aún que borres las nubes y el sol.
No debí nunca haberme tatuado
en la piel ese nombre con fuego,
nunca a ti yo debí haber amado.
Hoy mi llanto no tiene consuelo.
Te agradezco el haberme golpeado,
te agradezco tus besos de miel.
No imaginas lo mucho que he amado.
Tu recuerdo aún lo llevo en la piel.
Alonso Quijano
Lima - 03/04/10
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